Buscamos preparar a las entidades públicas y empresas privadas para que adopten estándares para la buena gestión del flujo regulatorio, así como para un buen cumplimiento regulatorio y control y revisión del stock regulatorio, y de esta forma puedan cumplir con la normativa vigente y sus políticas internas, previniendo posibles riesgos de incumplimiento.
Somos convencidos que con ello contribuimos a que la regulación alcance los siguientes estándares:
Base empírica solida.
Simplicidad, claridad y facilidad de entendimiento y aplicación.
Efectividad para resolver los problemas de política pública.
No generación de costos innecesarios.
Coherencia con el marco normativo.
Respaldo de stakeholders relevantes (empresas, usuarios, ciudadanos, gobierno).
Evaluación periódica de su efectividad y eficiencia.